29 de nov. (Sentido Común) -- La reciente volatilidad de los mercados financieros y el incremento de la prima de riesgo país de los activos mexicanos fueron las potenciales amenazas para las expectativas de inflación que observó la junta de gobierno de Banco de México durante su última reunión, donde acordaron elevar la tasa de interés de referencia de 7.75 a 8%, de acuerdo con la minuta de ese encuentro.

     Para los cinco integrantes de ese cuerpo colegiado responsable de dictar la política monetaria del país, era necesario enviar un mensaje contundente que contribuyera a recuperar la confianza de los inversionistas, que quedó deteriorada a raíz del anuncio de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco, por parte del presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

     “En este contexto, todos coincidieron en que resulta indispensable ajustar la política monetaria, a fin de que la inflación converja a su meta en el horizonte de pronóstico. Ello considerando que en el entorno actual se ha incrementado la posibilidad de que se retrase la convergencia de la inflación general a su meta”, dijo el Banco de México, en el documento que resume las discusiones de los integrantes de la junta. “Todos consideraron que éste ajuste [subir la tasa en 0.25 puntos base] debe llevarse a cabo con el fin de preservar la credibilidad del Banco Central y mandar una señal inequívoca de su compromiso con el cumplimiento de la meta de inflación”.

     El aumento de un cuarto de punto porcentual a la tasa de interés objetivo fue acordado por una mayoría de cuatro integrantes de la junta, aunque contó con el voto disidente de Irene Espinosa Cantellano, que quería un aumento mayor, de medio punto porcentual.

     Para Espinosa, quien es la integrante con menos tiempo de haberse incorporado a ese cuerpo colegiado, la incertidumbre actual que enfrenta la economía mexicana provocó un ajuste de los mercados financieros locales superior a lo observado en otras naciones emergentes, por lo que hacía falta un mensaje muy concreto de la disposición del Banco de México de hacer lo necesario por cumplir su objetivo.

     “Este Instituto debe enviar una señal inequívoca, oportuna y suficiente para dar cabal cumplimiento a su mandato de preservar el poder adquisitivo de la moneda”, dijo Banco de México en su minuta acerca de las razones por las que Espinosa votó por un incremento mayor. “De no hacerlo, y ocurrir un deterioro del marco macroeconómico, la efectividad de la política monetaria podría verse disminuida”.

     Los cinco miembros de la junta de gobierno mostraron cierta inquietud por los riesgos que podrían enfrentar la economía mexicana y las finanzas públicas nacionales con la llegada de un nuevo gobierno.

     Incluso, el subgobernador Manuel Ramos Francia, habló de la necesidad de fortalecer la guía de acciones futuras que ofrece el banco central a los agentes financieros, con la intención de reducir el entorno de incertidumbre que hay respecto al desempeño de la siguiente administración, que arranca el 1 de diciembre.

     “Bajo estas condiciones, la decisión [de política monetaria] debe incluir un mensaje firme, claro y asertivo sobre la conducción de la política monetaria en un horizonte mayor al asociado a un ciclo de negocios”, dijo Ramos Francia, en el apartado de opiniones disidentes. Es “posible que sea necesario mantener por un periodo prolongado el objetivo para la tasa de referencia en niveles más elevados que los previstos recientemente”.

     En el periodo de transición, López Obrador y algunos legisladores del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el mismo que fundó el presidente electo, han impulsado algunas políticas que generaron una caída en los mercados de capitales y un deterioro del tipo de cambio.

     Además de la cancelación del NAIM, algunas de las políticas que han generado ruido en los mercados son la propuesta de eliminar por decreto algunas comisiones bancarias, la posibilidad de cambiar el modelo de negocio de la empresa petrolera estatal Petróleos Mexicanos para convertirla en una mayor productora de gasolinas o la intención de incrementar la regulación del Estado en la industria minera.

     Esas medidas han generado una caída en la confianza empresarial que podría afectar la inversión privada tanto directa en construcción o compras de maquinaria, así como en instrumentos financieros, lo que a su vez también pone presiones al comportamiento de los precios.

     El banco central dijo que estará atento a la conformación del presupuesto económico del próximo año para verificar que el próximo gobierno se comprometa con la búsqueda de unas finanzas públicas sanas y la adopción de políticas responsables para mantener el entorno macroeconómico estable.

     “Mantener políticas públicas adecuadas contribuiría a evitar vulnerabilidades que pudieran propiciar una recomposición de portafolios y salidas de capital”, agregó el banco central mexicano.

     Esta fue la última votación de Roberto del Cueto, quien dejará su posición en la junta de gobierno esta semana por motivos de salud, y la penúltima de Ramos Francia, quien concluye su encargo en diciembre.

      Por consiguiente es probable que para la primera reunión del año próximo ya se cuente con los votos de Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, los dos economistas que propondrá López Obrador para que se incorporen a la junta de gobierno, si es que el Senado así lo ratifica.

     Así, Banco de México reiteró su postura agresiva a favor de mayores tasas de interés, conocida en la jerga económica como hawkish, ante los riesgos actuales para la inflación.

     “La minuta de Banxico correspondiente a su reunión de noviembre muestra un claro cambio de la Junta hacia una postura más agresiva”, escribió Sergio Luna, economista del banco Citibanamex, en un reporte. Ahora “surge un fuerte consenso sobre la necesidad de restringir la postura monetaria”.

     Ante el tono que ha tomado el banco central mexicano, tanto en la minuta como en el informe trimestral y en el pasado anuncio de política monetaria, algunos analistas de Citibanamex y otras instituciones, empiezan a prever que Banco de México elevará de nueva cuenta las tasas de interés el próximo mes.

     Si ese escenario se materializa, entonces la tasa de interés de referencia subiría de 8%, su nivel actual, a 8.25% en la reunión de política monetaria que Banco de México celebrará el 20 de diciembre.

     “Esperamos que Banxico suba la tasa de referencia 25 puntos base”, escribió el equipo de análisis económico de Grupo Financiero Banorte, en un reporte. “Creemos que un alza adicional de la tasa de referencia está justificada por la revisión al alza en los pronósticos de inflación para el corto y mediano plazo, en particular al ubicarse encima del objetivo de Banxico en todo 2019”.

 


Fecha de publicación: 29/11/2018

Etiquetas: Banco de México minuta política monetaria economía inflación