15 de dic. (Sentido Común) -- El presidente Andrés Manuel López Obrador entregó al Congreso de la Unión, a través de su secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, el paquete económico que guiará el desempeño de su gobierno el próximo año, cumpliendo, al menos en el papel y en términos generales, con su promesa de campaña de mantener la disciplina fiscal y financiera para no endeudar más al país.

Es más, como había pronosticado el mismo mandatario, su gobierno planea repetir y ampliar en 2019 el superávit primario --ingresos mayores a gastos antes del pago de los intereses de la deuda-- que muy probablemente registre las finanzas públicas este año.

     “El paquete económico 2019 refleja, en primer término, el compromiso absoluto con la disciplina fiscal y financiera, de manera que se garanticen la estabilidad macroeconómica y el fortalecimiento de las finanzas públicas”, dijo el gobierno de López Obrador, en el comunicado en el que resumió las principales características de su paquete económico para 2019. “En este sentido, se propone un superávit primario de 1% del PIB para” el próximo año.

     Esta última estimación, junto con otras propuestas incluidas en el paquete económico y clasificadas como realistas por los analistas, como un crecimiento de 2% para 2019, un tipo de cambio promedio de 20 pesos por dólar para ese año y un precio promedio de 55 dólares para el barril de crudo de exportación mexicano, hará que muy probablemente los mercados financieros mexicanos reaccionen de manera favorable al primer programa económico del gobierno de López Obrador, quien inició su mandato el pasado 1 de diciembre.   

     “En el balance, los supuestos macroeconómicos son realistas”, escribió Alberto Ramos, economista para México y América Latina con el banco de inversión estadounidense, Goldman Sachs, en un reporte. “Un respetable superávit primario de 1% como porcentaje del PIB (que es consistente con un nivel estable de deuda pública como porcentaje del PIB) y ninguna expansión mayor del gasto (parecería que el deseo de López Obrador de ampliar la inversión pública se hará de forma gradual)” hacen del paquete presentado algo sensato.

     Claro que la clave para los analistas no está tanto en el programa en sí, sino en el compromiso que muestre el gobierno lopezobradorista a lo largo del próximo año para ejecutar el programa conforme a lo planeado.

     Para los analistas, esa es realmente la clave, aunque no dejaron de reconocer que lo presentado --crecimiento económico modesto, tasa de interés altas y un precio para el crudo de exportación realista-- es creíble y podría recuperar parte de la confianza que López Obrador perdió de los inversionistas cuando decidió cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en lo que fue el Lago de Texcoco, a finales de octubre.

     Para los analistas, esa decisión generó dudas sobre la capacidad del nuevo presidente de México para valorar correctamente los costos y los beneficios de sus decisiones, algo que ha generado preocupación sobre el futuro de México y que ha quedado reflejado con la caída de la bolsa, la debilidad del peso y las alzas de las tasas de interés.

     De cualquier manera, el paquete económico para 2019, que incluye los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), parecería despejar ciertas dudas sobre el compromiso de López Obrador de mantener finanzas públicas sanas.

     La “propuesta de presupuesto de 2019 luce viable, pocos cambios respecto a años anteriores en busca de calmar mercados”, escribió la consultora Visor Financiero, en un reporte tras analizar el paquete económico que entregó el gobierno a los legisladores. “Los mercados de activos financieros locales deben reaccionar positivamente”.

En total, el gobierno espera gastar cinco billones 778 mil millones de pesos (288 mil millones de dólares) el año que viene, o una cantidad 0.2% menor a lo que espera terminar desembolsando este año en términos reales --una clara señal de que López Obrador está comprometido con cumplir su meta de recortar gastos gubernamentales superfluos para mejor financiar programas sociales o de inversión, como las pensiones a los adultos mayores, las becas para que cerca de 2.6 millones de jóvenes puedan recibir entrenamiento en empresas públicas y privadas o la construcción de un tren de carga y pasajeros en la península de Yucatán.

En ese sentido, el monto total de recursos que el gobierno de López Obrador destinará a proyectos sociales y de infraestructura prioritarios es de 252 mil millones de pesos (12 mil 475 millones de dólares), con la mayor parte de estos --100 mil millones-- para financiar el programa de pensiones para adultos mayores; mientras que el programa de becas, mejor conocido como Jóvenes Construyendo el Futuro recibirá 44 mil 300 millones (dos mil 190 millones) y los proyectos de infraestructura ferroviaria, carretera y aeroportuaria obtendrán 30 mil 400 millones (mil 500 millones).

Por lo que se refiere, a las transferencias que hace el gobierno federal a los gobiernos estatales, estas sumaran 1.9 billones de pesos, o una cantidad 8.4% superior a la aprobada para 2018.

Tomando en cuenta los pagos de intereses que debe realizar el gobierno el próximo año, más otras necesidades financieras que requiera el sector público, el gobierno entonces estima que el déficit fiscal más amplio será equivalente a 2.5% del PIB, de tal suerte que el saldo histórico de la deuda gubernamental no aumente con relación al nivel estimado de cierre para este año.

Claro que el gobierno de López Obrador no dejó de reconocer en su paquete económico que existen variables internacionales fuera de su control que podrían complicar la evolución de la economía mexicana y con ella el desempeño de los ingresos gubernamentales, tanto tributarios como petroleros.

Para los analistas, es una buena señal que el gobierno mexicano esté al menos consciente de que el balance de riesgos podría empeorar y que ante ello, las autoridades financieras se verían obligadas a adoptar, quizás, una política de gasto más restrictiva.

“Si bien las variables consideradas están en línea con las expectativas de los analistas de los mercados, el marco macroeconómico podría verse afectado si llegaran a exacerbarse algunos riesgos que han venido materializándose, entre los cuales destacan, las condiciones financieras más astringentes por la normalización de la política monetaria de Estados Unidos de América, un aumento en las tensiones comerciales y geopolíticas a nivel mundial, y mayor volatilidad en los mercados financieros globales por el riesgo de contagio”, dijo Hacienda en su comunicado.

 


Fecha de publicación: 14/12/2018

Etiquetas: México economía gobierno política paquete económico Hacienda López Obrador Urzúa