En Sierra Leona, las cuadrillas funerarias del ébola no se dan a basto para satisfacer la demanda debido al aumento en el número de víctimas, y algunos cuerpos se dejan descomponer en su morada por días ya que la prueba para detectar el virus tarda en llegar.

     "Estamos abrumados ya que enterramos entre 20 y 30 cadáveres diarios", dijo Sas Kargbo, coordinador en jefe de los equipos de enterradores de Sierra Leona, en una entrevista en la capital, Freetown. "Queremos tener la capacidad para determinar la causa de la muerte en 24 horas, con el fin de que los que no fallecieron por el Ébola sean enterrados con dignidad".

     El 7 de agosto, el presidente Ernest Bai Koroma ordenó que los cadáveres no pueden ser enterrados sin contar con la autorización del Ministerio de Salud. La medida estaba destinada a evitar que las personas organizaran los funerales de sus familiares. El virus se transmite a través del contacto directo con los fluidos corporales de un paciente infectado, incluyendo los de una persona fallecida, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

 



Fecha de publicación: 19/09/2014