El partido gobernante de Grecia, Syriza, se está dirigiendo hacia una división ahora que los disidentes de extrema izquierda se resisten a las demandas de los acreedores que aceptó el primer ministro, Alexis Tsipras, poniendo en peligro su frágil gobierno y complicando las negociaciones del rescate que realiza su país.

     El Comité Central de Syriza --el organismo que establece las políticas del partido-- está decidiendo cómo manejar la grieta que se formó a mediados de julio, cuando una cuarta parte de los legisladores del partido votó en contra de las medidas de austeridad que eran un requisito previo para el prospectivo programa del país del nuevo rescate de la zona del euro y el Fondo Monetario Internacional, valuado hasta en 86,000  millones de euros (95,000 millones de dólares).

     El Comité Central debe decidir si Syriza celebrará un congreso de emergencia en septiembre o llevar a cabo un referéndum interno del partido para decidir sobre el futuro del partido. Si el comité decide celebrar un referéndum, este podría tener lugar este fin de semana.

     A pesar de su constante alta popularidad entre el público griego, Tsipras enfrenta una difícil batalla dentro de su propio partido.

     Después del acuerdo tentativo del 12 de julio entre los líderes de la eurozona, más de la mitad de los miembros del comité central de Syriza firmó una declaración denunciando el acuerdo que calificaron como un golpe de Estado contra Grecia.

 



Fecha de publicación: 30/07/2015