Kenneth J. Arrow, quien en 1972 se convirtió en el economista más joven en ganar el premio Nobel de esa disciplina por sus contribuciones a las teorías del equilibrio general y del bienestar, falleció ayer a los 95 años en Palo Alto, California.

     Arrow, quien es considerado uno de los economistas más destacados del siglo pasado, laboró como profesor e investigador en diversas universidades de Estados Unidos y centró la mayor parte de sus investigaciones en microeconomía y economía política.

     El profesor Arrow nació en Nueva York en 1921 y sirvió en el ejército estadounidense entre 1942 y 1946, y posteriormente regresó a la academia para obtener su doctorado en Columbia University en 1951.

     Dentro de sus principales contribuciones, el economista desarrolló el teorema de la imposibilidad, también conocido como la paradoja de Arrow, mediante el cual demostró que en un sistema electoral, cuando los votantes tienen tres o más opciones, es imposible establecer un sistema que permita que las preferencias de cada elector se reflejen en la elección de toda la comunidad.

     Arrow plasmó esa y otras ideas en su tesis doctoral Social choice and individual values y luego las divulgó en uno de los libros que publicó a lo largo de su carrera.

     En 1972, a los 51 años, Arrow obtuvo el premio Nobel junto con el economista británico John Hicks y así se convirtió en el académico más joven en obtener ese galardón.

     Desde 1979 trabajó en Stanford University y sus contribuciones fueron posteriormente desarrolladas por otros economistas, quienes también han contribuido a esa ciencia.

     “Tal vez una hazaña más sorprendente de Arrow que haber ganado el @NobelPrize a los 51: al menos cinco de sus antiguos estudiantes también obtuvieron el Premio”, escribió Justin Wolfers, profesor del departamento de economía de University of Michigan, en su cuenta de la red social Twitter.

     Muchos economistas lamentaron la muerte de Arrow, quien fue uno de los científicos más prominentes de su época y cuyas contribuciones aún impactan el desarrollo de la economía como ciencia social.

     “Triste, Ken Arrow ha fallecido. Pero sus contribuciones seguirán vivas, así como su generosidad e inteligencia en la memoria de sus amigos”, escribió Narayana Kocherlakota, expresidente de la Reserva Federal de Minneapolis y profesor de economía, en su cuenta de Twitter.

 



Fecha de publicación: 22/02/2017

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