28 de may. (Sentido Común) -- En los últimos días, diversos empresarios han grabado videos o escrito cartas dirigidas a sus empleados, en particular, y a la sociedad, en general, para alertar de los riesgos que corre el país si opta por la opción “populista” en la próxima elección presidencial.

Sin mencionar a algún candidato en particular, esos capitanes de industria han buscado resaltar, a través de la narración de eventos que vivió el país, las penurias económicas que padeció México, sus empresas y sus trabajadores cuando mandatarios mexicanos implementaron medidas económicas erróneas --como un gasto gubernamental desmedido o una excesiva intervención del Estado en la economía.

Para los empresarios, esas acciones en lugar de ayudar a quienes estaban supuestamente destinadas a beneficiar, terminaron a la postre perjudicándolas.

El camino populista “resulta muy atractivo para mucha gente pero ha probado ser equivocado y afectar gravemente a la población, especialmente a la población más desprotegida”, dijo, por ejemplo, José Ramón Elizondo, uno de los empresarios quien habló recientemente sobre el proceso electoral por el que atraviesa el país, en un video.

Elizondo es presidente del consejo de administración del conglomerado industrial Grupo Vasconia, que produce aluminios planos  y artículos para la mesa y cocina.

Como Elizondo, otros empresarios también han hecho públicas recientemente las experiencias que vivieron las empresas que hoy encabezan cuando distintos gobiernos optaron por ofrecer a la población soluciones fáciles en el pasado.

En particular, los empresarios que han vertido recientemente sus opiniones en asuntos de política económica, resaltaron el daño que ocasionaron al país los malos gobiernos de los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, quienes durante, o al final de sus mandatos, adoptaron medidas intervencionistas.

“Los efectos fueron catastróficos [para todos], tuvimos devaluaciones de más de 100%, tanto en 1976 [último año del sexenio de Echeverría], como en 1982 [último año de López Portillo]. Muchos mexicanos perdieron sus empleos y a la mayoría de todos se nos redujeron nuestros ingresos de manera muy relevante”, dijo José Antonio Fernández, presidente del consejo de administración de la empresa embotelladora, minorista y de servicios de logística Fomento Económico Mexicano (Femsa), en un video para conmemorar los 10 años de la muerte de Eugenio Garza Lagüera, quien dirigiera esa empresa por casi 40 años.

Aunque las advertencias de los empresarios no están dirigidas a algún candidato en particular, el político que más preocupaciones levanta entre la clase empresarial por sus posturas, en ocasiones contrarias al libre mercado, es Andrés Manuel López Obrador.

López Obrador compite por tercera vez por la presidencia de México y es quien encabeza, por casi 15 puntos porcentuales en promedio, las preferencias electorales.

Si bien, el político oriundo del estado de Tabasco ha presentado hasta ahora, y en términos generales, un programa económico sensato, con promesas de no sobre-endeudar al país, de mantener la libre flotación del peso, de favorecer el libre comercio, de aplicar el Estado de Derecho y de respetar la autonomía de Banco de México, postulados incluso similares a los que marcó en abril la Asociación de Bancos de México (ABM) como necesarios para el desarrollo del país, muchos dudan que vaya a cumplir con esos planteamientos.

Los críticos de López Obrador, de 64 años de edad, prevén que en su deseo por ayudar a quienes menos tienen, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, optará, en caso de ganar la presidencia, por ampliar el gasto del gobierno e intervenir más en la economía, como controlar los precios de las gasolinas y construir al menos una refinería, con las adversas consecuencias que esas medidas podrían traer para México en materia de descuadrar las finanzas públicas, generar mayor inflación, elevar como consecuencia las tasas de interés y provocar desempleo.

La aparente animadversión de López Obrador hacia algunas de las reformas estructurales que aprobó el Congreso de la Unión en los años de 2013 y 2014, como fue la apertura del sector petrolero a los capitales privados, también podría hacer, desde la óptica empresarial, que el país perdiera atractivo frente a los inversionistas internacionales, limitando la entrada de recursos que México necesita para financiar su crecimiento, incluida la edificación de las escuelas y de los hospitales que desea construir el candidato puntero.

De ahí que varios empresarios hayan alzado la voz para ver si es así posible frenar la materialización de lo que ellos ven como un escenario adverso para el país.

“Lo que más pesa en mi ánimo es no querer que mi país sufra una regresión a esos tiempos de las presidencias imperiales que llevadas por la iluminación mesiánica y la impunidad autoritaria se apropian del patrimonio ya generado por otros para después repartirlo a su antojo”, escribió Eloy S. Vallina Lagüera, presidente del consejo de administración de la empresa manufacturera y logística Accel, en una carta dirigida también a los colaboradores y amigos de la empresa que él encabeza. “Estamos nuevamente ante un riesgo que está aquí y toca ya a nuestra puerta”.

Claro que para algunos, las advertencias empresariales no sólo están llegando tarde --el fin de la contienda electoral está a la vuelta de la esquina, en casi un mes-- sino también están arribando con un fuerte rezago frente el deterioro, no económico, pero sí en términos de violencia, seguridad y corrupción, que ha venido experimentando el país a lo largo de los últimos cuatro años y que en buena medida explica el ascenso de López Obrador en la preferencias electorales.

“Me parece que la respuesta del grueso de la cúpula empresarial. . . no analiza porqué el discurso de López Obrador tiene eco en la sociedad”, dijo Carlos Heredia, analista político y profesor asociado con el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), en una entrevista telefónica. Los votantes “se sienten agraviados, sojuzgados y olvidados por las élites. . . [de ahí que la respuesta] es tardía insuficiente, insensible y discursiva”.

Heredia incluso iguala lo que está ocurriendo en México en términos de preferencias electorales con lo que ocurrió en Estados Unidos y el Reino Unido en 2016, cuando electores insatisfechos con el status quo optaron por elegir las opciones alternas, que si bien parecían más riesgosas, como es el actual presidente estadounidense Donald J. Trump, o la aventura de abandonar la Unión Europea, eran las que más ofrecían para, en teoría, mejorar su situación.

Pocos en México, en las élites, “se preguntan qué es lo que tenemos que hacer para cambiar, para abordar los insoportables problemas que están en el fondo de esta elección”, dijo Heredia, hace unos días en Mexico Institute del Wilson Center en Washington, D.C., al participar en un foro sobre las elecciones en México.

De cualquier manera, para los empresarios mucho está en juego para el país, por lo que convocaron a sus colaboradores, amigos y familiares a no sólo razonar su voto, sino hacer que otros también reflexionen bien antes de marcar la boleta electoral.  

El exhorto lo hicieron sin mencionar el nombre de algún partido o candidato por el que sugieren que los electores voten.

“Les invito a trabajar intensamente de aquí al primero de julio para que los mexicanos escojamos la opción más inteligente, quizás no la más popular, pero aquella opción que pueda dirigir al país, aprovechar lo que hemos logrado y proyectarnos al futuro”, dijo Elizondo en su video.

 



Fecha de publicación: 28/05/2018

Etiquetas: México economía elecciones López Obrador empresas gobierno política