10 de jun. (Sentido Común) -- El presidente estadounidense, Donald J. Trump, criticó la actuación del primer ministro canadiense Justin Trudeau como anfitrión de la reunión del Grupo de los Siete --o G7-- por resaltar sus diferencias en materia de comercio internacional, algo que lo llevó a rehusarse a firmar el comunicado conjunto del encuentro anual. 

     Al mandatario de la mayor economía del mundo le molestaron las palabras de su contraparte canadiense cuando dijo, durante una conferencia de prensa antes del fin de la reunión, que las tarifas al acero y aluminio que impuso Estados Unidos a su país hace 10 días, bajo el pretexto de una medida para garantizar la seguridad nacional, eran un insulto. 

     Trudeau, además, dijo que su país no sería ninguneado en materia de comercio internacional por Estados Unidos. 

     El presidente estadounidense salió del G7, celebrado en La Malbaie, Quebec, Canadá, antes de la ceremonia de clausura para volar a Singapur, donde se entrevistará el martes con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en un encuentro histórico. 

     No obstante, Trump lanzó severas críticas en contra del primer ministro canadiense al sentir que sus palabras en la rueda de prensa desvirtuaban el esfuerzo que había realizado para alcanzar un acuerdo y firmar el comunicado conjunto. 

     “El primer ministro Justin Trudeau de Canadá actuó tan tímido y sumiso durante nuestra reunión del @G7, sólo para dar una conferencia de prensa tras mi salida. . .  Muy deshonesto y débil. Nuestras tarifas son en respuesta a las suyas de 270% a nuestros productos lácteos”, escribió Trump en su cuenta personal de Twitter. 

     Para algunos expertos, la reacción del presidente estadounidense pareció desmedida ya que Trudeau había dicho desde el día en que Estados Unidos anunció las tarifas punitivas al acero y aluminio, no sólo de Canadá, sino también de otros principales socios comerciales y aliados, como México y los países que conforman la Unión Europea, el 31 de mayo, que el pretexto para imponer esos aranceles --la seguridad nacional estadounidense-- carecía de sentido común. 

     La explicación que dieron los asesores de Trump a su reacción y a su decisión de no firmar el comunicado fue que, hasta antes de la conferencia de prensa, los líderes de las siete países que conforman el G7 --incluidos los representantes de Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia-- habían logrado redactar un comunicado en el que todos se comprometían a favor del libre comercio, por lo que calificaron las palabra de Trudeau como fuera de lugar. 

     “El polarizó. . . el realmente nos apuñaló por la espalda”, dijo Larry Kudlow, en una entrevista en el programa State Union de la cadena de noticias CNN. Trudeau “no le hizo ningún favor al G7, lo traicionó. . .  porque se habían unificado, se habían unido”. 

     La coincidencia de la que habló Kudlow se había, de hecho, reflejado en varias oraciones a favor del libre comercio en el comunicado conjunto. Los párrafos en los que se tocaba el asunto del libre comercio y que iban a firmar los siete líderes decían: 

     “Reconocemos que la inversión y el comercio libre, justo y en beneficio mutuo, no sólo proporciona beneficios recíprocos, sino que son además motores claves para el crecimiento y la creación de empleos”. 

     “Buscaremos reducir barreras arancelarias y barreras no arancelarias, así como subsidios”. 

     “Hacemos un llamado para que inicien las negociaciones --este año-- para desarrollar reglas más fuertes internacionales contra subsidios industriales que distorsionan los mercados, así como en contra de acciones de comercio que toman las empresas estatales y que también distorsionan los mercados”. 

     Al final, por los comentarios de Trudeau, que supuestamente eran contrarios al espíritu del comunicado, Trump decidió no dar su apoyo a ese texto, algo que no dejó de sorprender a algunos observadores políticos, sobre todo porque el presidente estadounidense no deja, cada vez que puede, de criticar a sus aliados sobre el supuesto abuso que hacen del sistema de comercio internacional y de los bajos aranceles que tiene Estados Unidos. 

     Si Canadá cuenta con aranceles muy altos contra los productos lácteos estadounidenses, como dice Trump, no es claro porqué no lleva a cabo acciones legales dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) o del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para poder sancionar las supuestas prácticas desleales de comercio canadiense. 

     Dentro de la OMC o del TLCAN, los países miembros cuentan con distintas herramientas a su disposición para que sus contrapartes cumplan con los acuerdos de libre comercio. 

     Si bien es cierto que quizás Canadá ofrezca protección desmedida a su industria láctea, Trump podría haber comenzado desde el inicio de su administración, hace un año y casi cinco meses, medidas legales para hacer cambiar las conductas de su vecino del norte, algo que no ha hecho. 

     En cambio para justificar la imposición de aranceles al acero y aluminio, Trump no acudió a algunas de las medidas que generalmente emplean los países para proteger a sus industrias, como son las salvaguardas o las investigaciones por posibles prácticas desleales. 

     Trump, en cambio, usó el pretexto de que el acero y aluminio importado ponían en riesgo la seguridad de su país por depender de otros para obtener esos metales claves en la fabricación de armas y equipo militar. Un pretexto que irritó a muchas naciones, principalmente a Canadá, cuyo ejército ha luchado hombro con hombro con el estadounidense en diferentes guerras. 

     “Pensar que Canadá es un riesgo para la seguridad nacional estadounidense, es insultante e inaceptable”, dijo hace unos días Trudeau. 

     No es claro si la nueva disputa entre Tudeau y Trump tendrá más ramificaciones que los intercambios de palabras, o tuits, aunque para muchos podrá complicar el proceso de renegociación que los dos países y México llevan a cabo desde hace ya casi 10 meses para modernizar el TLCAN.

 




 



Fecha de publicación: 08/06/2018

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