12 de jun. (Sentido Común) -- Los cuatro candidatos presidenciales aprovecharon el último de los tres debates presidenciales para recordar a los electores que de ganar la elección del próximo 1 de julio lograrán, a través de diversas propuestas, que en ocasiones parecieron demasiado esperanzadoras, hacer que la economía mexicana crezca más, que genere más empleos, que haya mejor educación y que se amplíen y mejoren los servicios de salud en el país.

Atendiendo a la temática del último debate presidencial antes de que los electores elijan al próximo mandatario del país, los cuatro aspirantes hablaron, en términos generales, de la necesidad de mejorar los niveles de ingreso y los salarios de la mayoría de los mexicanos, así como de combatir la pobreza y de elevar la calidad de los servicios educativos y de salud en el país.

Claro que al hacer esas promesas, sí hubo diferencias entre lo que los candidatos proponían.

Por ejemplo, en materia educativa Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia y quien encabeza las encuestas electorales, dijo que de ganar la carrera presidencial, cancelaría la llamada reforma educativa, ya que desde su perspectiva ha servido sólo para presionar o castigar a  los maestros.

El candidato de los partidos Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES) fue así el único que expresó su total rechazo a los cambios aprobados por el Congreso en 2013 y 2014, con los que el gobierno actual buscó regresar al Estado el control del presupuesto educativo y de la forma de asignar las plazas magisteriales y su remuneración.

Previo a esos cambios, los sindicatos magisteriales determinaba la forma de asignar el presupuesto educativo entre sus agremiados, así como la asignación de las plazas y sus niveles salariales.

Con la reforma, eso terminó, aunque sus críticos indican que el péndulo educativo giró demasiado hacia el otro lado, ya que bajo la óptica del cambio los maestros aparecen como los responsables únicos del atraso que registran México en materia de educativa.

En ese sentido, Ricardo Anaya, el candidato de la coalición Por México al Frente, y quien está en segundo lugar en las encuestas presidenciales, propuso no cancelar la reforma pero si revisarla, a fin de que brinde mayor capacitación a los maestros, como requisito a su evaluación.

López Obrador coincidió en eso con su más cercano perseguidor, lo que no implicó que a lo largo del debate esos dos candidatos, como también lo hizo José Antonio Meade, de la coalición Todos por México, se atacaran.

De hecho, Meade criticó a López Obrador por la falta de crecimiento económico y de creación de empleos que tuvo la capital del país cuando él encabezó la jefatura de gobierno de Ciudad de México de 2000 a 2005; mientras que Anaya acusó al candidato puntero de haber caído en favoritismos en ese periodo cuando como gobernante asignó diversos contratos de obra pública y de forma directa al empresario y “su amigo”, José María Riboó.

Otro elemento en el que también coincidieron López Obrador y Anaya fue el del combate a la corrupción como elemento indispensable para poder recortar el dispendio público y usar mejor los fondos gubernamentales para financiar programas sociales, como otorgar becas a estudiantes o duplicar la pensión actual que reciben los adultos mayores.

Para el candidato puntero, el combate a la corrupción, junto con la reducción de los salarios de los altos funcionarios gubernamentales, más un recorte al aparato burocrático del Estado, permitirá al gobierno reasignar entre 350 y 500 mil millones de pesos (16.8 y 24 mil millones de dólares) a diversos programas de ayuda.

Claro que al mismo tiempo, ese candidato presidencial dijo que buscaría también modernizar las seis refinerías propiedad de la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos, e incluso construir una nueva.

Esta última propuesta que fue calificada por Anaya como absurda porque para cuando entre en operación esa nueva refinería --en 2024-- el consumo de gasolina en el país --y para tal caso, el mundo-- habrá comenzado a descender por la llegada de más autos eléctricos a precios mucho más accesibles.

De ahí que Meade también criticara el programa económico de López Obrador al decir que las cuentas de sus gastos adicionales, junto con las de sus ahorros, y su plan de no subir impuestos, no cuadraban.

     “Esta película ya la vimos, no solamente en México. Esta película siempre termina con pobreza y desempleo. De hacer lo que dice Andrés Manuel, los mexicanos van a enfrentar pobreza y desempleo”, dijo Meade.

Claro que ningún candidato ni siquiera el candidato independiente, Jaime Rodríguez Calderón, se atrevió a proponer aumentos de impuestos para financiar algunas de las propuestas que plantearon para generar empleos, para subir el nivel de vida de los mexicanos o para  mejorar los sistemas educativo y de salud nacionales.

Actualmente en México es casi impensable que algún candidato a algún puesto de elección popular se atreva a proponer alzas de impuestos; sobre todo por el supuestos dispendio en las oficinas gubernamentales y por los aparentes altos grados de corrupción que existen en los gobiernos federal y locales, y que han hecho que los contribuyentes pierdan la confianza en el buen uso de los recursos públicos por parte de las autoridades, como para aceptar entregarles más fondos.

En materia de salud, hubo diversas propuestas como vincular los tres grandes sistemas de atención médica --Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y Seguro Popular-- a fin de mejorar el servicio de todos ellos (Anaya) y reducir sus costos de operación (Meade), así como el de centralizar la adquisición de medicamentos para evitar la corrupción o su encarecimiento (López Obrador).

El candidato puntero también propuso cancelar el Seguro Popular que creó el presidente Felipe Calderón hace casi una década, ya que desde su perspectiva no ofrece la cobertura necesaria en términos de salud a sus usuarios y no ha logrado convertirse en un sistema masivo.

El último debate también contó con algunas propuestas concretas relacionadas con temas similares, como las siguientes:

  • Duplicar el salario mínimo en los próximos seis años (Anaya)
  • Elevar el ingreso básico de una persona a 350 pesos (Rodríguez)
  • No cobrar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) a quienes ganan hasta 10 mil pesos al mes (Anaya), o 12 mil pesos en ese lapso (Rodríguez)
  • Bajar el ISR e IVA, e incrementar el reparto de utilidades de 10 a 15% (Rodríguez)
  • Entregar tableta a estudiantes de preparatoria y universidad (Anaya)
  • Ofrecer internet gratuito en hospitales, escuelas y parques públicos (Anaya)
  • Nombrar a la doctora María Elena Álvarez para dirigir el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (López Obrador)


     Al final del debate los cuatro candidatos hicieron una última intervención pidiendo a los electores votar por ellos a fin de transformar al país con el fin de poder llevarlo a una mejor situación económica, política y en materia de seguridad.


* César Pérez, Karen Alcalá y Jairo Ibarra colaboraron en la elaboración de esta historia.





Fecha de publicación: 12/06/2018

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