3 de jul. (Sentido Común) -- La jornada electoral del domingo no pudo ser más redonda para Andrés Manuel López Obrador.

      Además de sorprender a propios y extraños con una votación que rebasó la mitad de los sufragios, su partido y los institutos políticos aliados también lograron hacerse con el control de la mitad de las dos cámaras que conforman el Congreso de la Unión, aunque no en una proporción suficiente para cambiar la Constitución, de acuerdo con las estimaciones finales del Programa de Resultados Preliminares Electorales (PREP) del Instituto Nacional Electoral (INE) y con cálculos de analistas.

     El partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que López Obrador ayudó a fundar y que dirigió el virtual presidente electo, podría tener 192 diputados y 55 senadores, con lo que sería el instituto político con más representantes en el siguiente Congreso.

     Esa ventaja será reforzada con los 55 diputados y siete senadores que muy probablemente obtendrá el Partido Encuentro Social (PES), más los 61 diputados y seis senadores que tendrá el Partido del Trabajo (PT), compañeros de la coalición Juntos Haremos Historia, que incluye a Morena y que llevó a López Obrador a la presidencia, de acuerdo con estimaciones realizadas con los últimos datos del PREP, que cerró con poco más de 93% de las actas computadas.

     Con ello, la alianza de partidos que llevó a López Obrador a la presidencia, en su tercer intento, controlará 61% de la Cámara de Diputados y 53% de la de Senadores.

     Para algunos, las mayorías simples que obtuvieron los partidos de Juntos Haremos Historia, a través de esa coalición, le brindarán al próximo presidente, al menos en un principio, ventajas prácticas que harán más fácil su gobierno.

     Esto es así porque con esos votos de los legisladores que lo respaldan podrá aprobar su ley de ingresos y presupuesto de egresos, así como otras cuestiones como nombramientos de su gabinete o, incluso, en algunos casos, de subsecretarios.

     “El resultado de ayer en el Legislativo es sobre todo oxígeno puro para el más importante proyecto de López Obrador y su gobierno a partir de septiembre: la reorientación presupuestal”, escribió el periodista Carlos Puig, en su columna diaria del periódico Milenio. Las “mayorías legislativas servirán [también]. . . para cosas cotidianas y necesarias al principio de la administración, pienso sobre todo en aprobaciones de nombramientos. . . tal vez algunos cambios en la estructura de la administración federal”.

     La presencia de los aliados de López Obrador en el Congreso permitirá controlar hasta cierto punto la agenda legislativa, pero no está cerca de las dos terceras partes que requiere cualquier mandatario para tratar de reformar la Constitución, una situación que preocupaba a muchos quienes ven en el Congreso uno de los mayores contrapesos al poder que ejercerá el nuevo presidente.

     Claro que además de tener el aval de dos terceras partes del Congreso de la Unión, una eventual enmienda constitucional requiere que quien propone esa enmienda a la Carta Magna cuente también con el apoyo mayoritario en al menos 17 congresos estatales, algo que hasta hace poco parecía imposible que pudiera lograr López Obrador, pero que cada vez parece confirmarse más como una realidad.

     Tras la jornada del domingo, Morena y sus aliados tendrán el control de al menos 19 de los órganos legislativos locales que celebraron elecciones en el país --o 20 si es que Durango acaba inclinándose a favor de su coalición--, incluidos los de entidades como Ciudad de México, Estado de México y Veracruz.

     Por ello es que no son pocos quienes ven con cierta inquietud que se pierda el contrapeso al poder presidencial que ha representado el poder legislativo desde 1997, previo a la época de la alternancia que cambió las reglas del juego político y que redujo paulatinamente el poder que tenía en el pasado el titular del ejecutivo.

     México no veía que el partido del presidente controlara el Congreso de la Unión desde entonces, algo que previno que los presidentes tomarán decisiones unilaterales.

     El resultado electoral “es una mayoría que lo puede ayudar a gobernar pero que también lastima al pluralismo”, dijo José Fernández Santillán, un analista político y catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, en una entrevista telefónica. “La democracia no es sólo el gobierno de la mayoría sino el respeto de la minoría y es ahí donde se va a ver qué tan incluyente es Andrés Manuel López Obrador y si respeta el sentir de los otros partidos políticos”.

     La segunda fuerza en ambas cámaras, o la principal corriente de oposición al gobierno de López Obrador, será el Partido Acción Nacional (PAN), quien tendrá 82 diputados y 24 senadores, o 16 y 18% de esas cámaras, respectivamente.

      Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien actualmente cuenta con la mayoría de asientos en el legislativo, bajará su representación y se convertirá en la cuarta fuerza política del país, con 45 diputados y 13 senadores.

     La representación completa en el Congreso se confirmará una vez que culminen los conteos distritales que realizará INE a partir del miércoles y hasta el 6 de julio.

      Claro que hay quienes no pueden celebrar su victoria en las elecciones legislativas. El partido PES, a pesar de que formó parte de la coalición Juntos Haremos Historia, está en peligro de no lograr el mínimo de votos que exige la ley para mantener su registro como partido político a nivel nacional.

     El PES obtuvo solamente 2.7% de los votos en la elección presidencial, así como 2.4% en la elección federal de senadores y 2.4% para diputados, de acuerdo con cifras del PREP. 

     La ley electoral exige que, para conservar el registro, un partido político debe obtener por lo menos 3% de las votaciones federales, por lo que dejará de recibir las prerrogativas económicas que otorga INE.

     Si no mantiene el registro, PES no podrá presentarse a la siguiente elección federal para el Congreso, aunque los cargos ganados el 1 de julio no están en riesgo.

      El partido dijo, por su parte, que prefiere esperar a los resultados finales del conteo que realice INE, por lo que tiene confianza en que esa situación acabará por revertirse y terminará por mantener el registro.

     El PREP “no es el universo total del electorado”, dijo Hugo Eric Flores, el presidente nacional del PES, a través de un comunicado. “Con base en todas las encuestas de salida que tenemos en nuestro poder superábamos sin problema el registro”.

     Además del PES, el partido Nueva Alianza (Panal) también corre riesgo de no cumplir con las condiciones que exige la ley para conservar su registro.

 

 



Fecha de publicación: 03/07/2018

Etiquetas: México López Obrador Congreso Morena PT PES diputados senadores