La perspectiva de la calificación soberana de México podría sufrir una degradación si la negociación para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) fracasa o si son revertidos algunos de los beneficios que trajo la reforma energética para las finanzas públicas del país, dijo James McCormack, analista en jefe de soberanos con la agencia Fitch Ratings, en entrevista con Reuters.

     Actualmente la nota crediticia soberana de México es ‘BBB+’, o el octavo puesto en la escala de grado de inversión de la calificadora, con perspectiva Estable.

     No obstante, México negocia con los gobiernos de Canadá y Estados Unidos un nuevo marco que actualice el TLCAN, a solicitud del presidente estadounidense Donald J. Trump, quien considera este acuerdo como injusto para sus intereses.

     De ahí que el presidente estadounidense ha amagado en varias ocasiones con dejar el acuerdo comercial si no obtiene condiciones más favorables de sus socios.

      Por si eso no fuera suficiente riesgo, el próximo gobierno, que encabezará Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que buscará que los precios de las gasolinas en el mercado interno no suban de precio en términos reales, lo que podría significar un esfuerzo adicional para las finanzas públicas.

     “México enfrenta amenazas específicas, como el desarme del acuerdo comercial TLCAN. Su nuevo gobierno también podría potencialmente echar para atrás las reformas al sector energético que han ayudado a sus finanzas desde su introducción”, dijo McCormack, de Fitch Ratings, en entrevista con Reuters. El posible cambio dependerá “de la magnitud de los cambios y qué quiera hacer el gobierno”.

     El gobierno de México estuvo obligado a realizar ajustes al gasto público durante 2016 y 2017, a raíz de las amenazas que hicieron las agencias calificadoras de un posible recorte en la nota soberana del país por el acelerado crecimiento de la deuda.

     En ese entonces, Fitch Ratings, Moody’s Investors Service y Standard & Poor’s pusieron la nota de México en perspectiva Negativa, como una advertencia inminente de recorte.

    Una de las acciones que permitió que la perspectiva de la nota soberana mexicana volviera a Estable fue el proceso de liberación de los precios de las gasolinas tras ocho décadas de control gubernamental.

      Antes de eso México subsidiaba buena parte del costo de los combustibles para los consumidores finales, lo que requería un esfuerzo importante de las finanzas, algo que acabó con la llegada de nuevos competidores nacionales y extranjeros al negocio gasolinero.

     Algunos, como Fitch, consideran que ese alivio en las finanzas que se logró al dejar de subsidiar gasolinas podría verse comprometido con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México.

     Desde su campaña, el futuro presidente prometió que los precios de las gasolinas no aumentarán a un ritmo superior al de la evolución de la inflación.

      Para algunos expertos, esa promesa solo podrá cumplirse si el gobierno sacrifica aún más del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) que actualmente cobra por cada litro vendido.

     La otra herramienta que López Obrador y su equipo de trabajo usarán para bajar los precios de las gasolinas es la construcción de una refinería de combustibles en México, así como la rehabilitación de las seis que ya existen en el país, con la intención de producir aquí los combustibles que demanda el mercado interno y dejar de depender de las exportaciones.

     No obstante, es difícil saber qué ocurrirá en caso que los precios internacionales del crudo suban más allá de lo que el nuevo gobierno pueda sacrificar de ingresos y hay quienes temen que, en su afán de cumplir sus promesas de campaña, la administración de López Obrador acabe por subsidiar de nuevo las gasolinas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Fecha de publicación: 19/07/2018

Etiquetas: AMLO Calificación Energéticos Energía Fitch México Reuters TLCAN