9 de oct. (Sentido Común) -- La consulta ciudadana que muy probablemente decidirá el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) está cada vez más cerca, pero los detalles de cómo planea recabar el equipo de transición esa información siguen en el aire.

     Ahora se sabe que esa consulta tendrá una duración de cuatro días y será levantada el último fin de semana de octubre, pero no en todo el país como originalmente estaba planeado, dijo Jesús Ramírez Cuevas, el vocero del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, en varias entrevistas con medios.

     Aún se desconocen las preguntas que el equipo de López Obrador formulará en esa consulta, pero se sabe que el próximo gobierno pedirá a la ciudadanía que responda si apoyan continuar con la construcción del NAIM en el municipio de Texcoco, Estado de México, o si prefieren que ese proyecto se cancele y en su lugar se invierta en ampliar dos pistas comerciales en base militar de Santa Lucía, las cuales servirían para aliviar la saturación de operaciones que hay en el actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez.

     El propio López Obrador y algunos futuros colaboradores, como el ingeniero Javier Jiménez Espriú, el futuro titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), han mostrado su oposición al proyecto en Texcoco por el elevado costo que supuestamente representa para el gobierno esa obra.

      De acuerdo con cifras del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), la empresa estatal que construye la nueva terminal aérea de la capital del país, el monto de inversión del proyecto actual alcanza 13 mil 300 millones de dólares en la primera etapa del proyecto, que corresponde a tres pistas, una terminal y servicios adicionales.

     Esa cantidad representa un incremento de 137.5% con respecto al monto inicial estimado a estas alturas de la obra.

     A ello habría que sumarle, dijo Jiménez Espriú en una conferencia de prensa en agosto, el retraso de al menos cinco años que tardará el NAIM en entrar en operación, debido a que los cálculos que hicieron los expertos que consultó el equipo de transición prevén que inicie operaciones hasta finales de 2024 y no en 2020 como la programó el gobierno de Enrique Peña Nieto.

     No obstante, López Obrador dijo que su intención es seguir adelante con la consulta y que su gobierno acabará por respetar la voluntad ciudadana.

     Así, la consulta se realizará del jueves 25 al domingo 28 de octubre, de las 8:00 a.m. a las 6:00 p.m., en 538 municipios del país que aparentemente todavía no han sido seleccionados. Originalmente estaba previsto que la consulta fuera nacional y que todos los interesados en la obra pudieran dar su punto de vista, pero no es claro ahora si esa promesa será cumplida.

     “Se va a llevar a cabo en plazas públicas, donde se van a instalar urnas”, dijo Ramírez Cuevas, el vocero del presidente electo, en una entrevista en las frecuencias de Radio Centro con el periodista Carlos Loret de Mola. “Serán alrededor de mil 100 urnas, o mil 100 mesas, en 538 municipios”.

     Ramírez también dijo en la entrevista que se realizará una encuesta paralela a la consulta, pero agregó que los detalles sobre los formatos o el financiamiento de esos ejercicios se darán a conocer el jueves de esta semana.

     El vocero de López Obrador también reveló que la Fundación Rosenblueth, una organización especializada en temas de computación e informática, será la encargada de procesar los datos surgidos de la consulta.

     Por su parte, Enrique Calderón Alzati, el presidente de Fundación Rosenblueth, estimó, en otra entrevista, con el periodista Ciro Gómez Leyva en Grupo Fórmula, que el número de personas que podrían participar en la consulta estaría entre 100 mil y 500 mil.

     “No tenemos un cálculo. Según Enrique Calderón, de acuerdo con su experiencia, se calcula entre 500 mil y un millón de personas”, dijo Ramírez Cuevas en la entrevista de radio que sostuvo por la mañana con Loret de Mola en Radio Centro, una cifra superior a la estimación de Calderón de Fundación Rosenblueth.

     Los detalles adicionales de la consulta no han aliviado las dudas que tienen algunos respecto a la transparencia del ejercicio que puede decidir el futuro del nuevo aeropuerto internacional del país.

     “No va a ser consulta abierta a toda la población (los habitantes de 1920 municipios quedan excluidos). No va a ser una encuesta con rigor metodológico”, escribió Alejandro Hope, quien es experto en temas de seguridad, en su cuenta personal de Twitter, como respuesta a la información proporcionada hoy por el vocero del próximo presidente. “Va a ser una especie de sondeo tipo Twitter, pero presencial y caro. Fregón”.

     Por si el ejercicio no representara suficiente complejidad a tan poco tiempo de llevarse a cabo, Ramírez Cuevas también dejó abierta la posibilidad de consultar una tercera opción, algo que en semanas recientes parece haber ganado terreno ante las críticas que despiertan tanto el proyecto de Texcoco como el de Santa Lucía.

“Hay mucha gente que dice que debemos tener un sistema aeroportuario, en lugar de un aeropuerto”, dijo el vocero de López Obrador, en la entrevista con Loret de Mola.

     Algunas personas, incluido el propio López Obrador, creen que una opción para superar la saturación del aeropuerto capitalino puede ser utilizar otros aeropuertos cercanos a Ciudad de México, como el de Toluca, el de Puebla y el de Morelos.

     El presidente electo ha sido muy crítico con la idea de tener que destinar recursos presupuestales a esta obra, la mayor en infraestructura del gobierno de Peña Nieto, por los compromisos que hizo durante su campaña de aumentar el gasto en programas sociales sin tener que elevar la deuda.

     Además del costo de la obra y de la falta de recursos públicos, algunos ciudadanos que resultarán afectados por la construcción del NAIM e incluso grupos de protección del medio ambiente, han elevado la voz por los daños que causará esa obra en los antiguos terrenos del lago de Texcoco, en el Estado de México.

     “Se están solicitando 88 mil millones de pesos del presupuesto público”, dijo López Obrador, en un video publicado ayer donde nuevamente se mostró preocupado por tener que seguir adelante con el proyecto del NAIM. “Esto no es posible, nosotros no podríamos financiar esto”.

     El presidente electo, sin embargo, volvió a abrir la puerta a que empresarios del sector privado puedan concluir esa obra si es que el gobierno decide licitarla, con la intención de reducir costos y de permitir que la siguiente administración tenga recursos suficientes para cumplir sus compromisos sociales.

     Algunos empresarios como Carlos Slim, el hombre más acaudalado de México, han mostrado su disposición a participar de una eventual concesión de los trabajos o de la operación del NAIM.

     Ante las críticas que ha levantado la indefinición de la consulta, otros aliados de López Obrador han salido a defender el ejercicio de participación ciudadana que propone el equipo de transición de gobierno.

     “Es una consulta que tiene sus características, que ya las ha difundido con mucha anticipación el propio presidente electo”, dijo Martí Batres, el presidente de la mesa directiva del Senado de la República, quien pertenece al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), cuando se le cuestionó si dicha consulta se trataba de una ‘consulta a modo’.

 

 

 

 



Fecha de publicación: 09/10/2018

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