29 de oct. (Sentido Común) -- Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo de México, cumplió con las expectativas que muchos tenían y dijo esta mañana que obedecerá los resultados de la consulta ciudadana que realizó de jueves a domingo, por lo que, cuando tome el poder el 1 de diciembre, cancelará las obras que actualmente están en marcha para construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el municipio de Texcoco, en el Estado de México.

     A cambio, el futuro mandatario dijo que propondrá la creación de un sistema aeroportuario que permita complementar las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), mediante la construcción de dos pistas comerciales en la base militar de Santa Lucía y la modernización el Aeropuerto Internacional de Toluca.

     La base militar de Santa Lucía está a 36 kilómetros del aeropuerto actual de la capital, mientras que el de Toluca está a 55 kilómetros de Ciudad de México, mientras que la distancia entre Santa Lucía y Toluca es de más de 100 kilómetros.

     “La decisión es obedecer el mandato de los ciudadanos, de modo que se van a construir dos pistas en el aeropuerto militar de Santa Lucía y se va a mejorar el actual aeropuerto de la Ciudad de México, y se va a reactivar el aeropuerto de Toluca”, dijo el presidente electo, en una conferencia de prensa.

     La noticia no fue bien recibida por los mercados financieros, debido a los temores que existen en algunos de que López Obrador, al cancelar el proyecto de construcción del NAIM, pudiera desatar una serie de demandas legales de las empresas que tienen contratos para edificar el NAIM, o de los inversionistas que compraron los seis mil millones de dólares en bonos verdes que emitió el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), la entidad responsable de construir la terminal de Texcoco.

     Claro que López Obrador dijo en la conferencia, desde el hotel Four Points, de Ciudad de México, que respetará todos los contratos que el gobierno actual había otorgado para edificar el NAIM en Texcoco, tal y como ha dicho desde el inicio del proceso de debates para decidir el futuro de esa obra; además de que su administración también pagará todos los adeudos que tenga GACM. 

     En esa conferencia el futuro mandatario estuvo acompañado por Javier Jiménez Espriú y Alfonso Romo, el futuro titular de Comunicaciones y Transportes y el jefe de la oficina de la Presidencia, respectivamente, además del ingeniero José María Riobóo, un empresario que ha despertado críticas por su cercanía con el presidente electo y porque fue uno de los que ayudaron a desarrollar los estudios técnicos que supuestamente avalan la construcción de la terminal de Santa Lucía.

     Hasta ahora no existe un certificado de aeronavegabilidad que permita operaciones simultáneas en Santa Lucía y el AICM.

     “Hay la posibilidad de que [las empresas constructoras] sigan con los contratos haciendo la obra en Santa  Lucia” con el mismo volumen de obra, dijo López Obrador. Vamos “a llegar a arreglos”.

     Hasta ahora López Obrador no ha ofrecido detalles sobre las negociaciones que conducirá con los empresarios que tienen contratos de obras en Texcoco como parte de la cancelación de NAIM, aunque no descartó que éstos acudan a los tribunales por el incumplimiento de los compromisos que rodean todo el proyecto de las obras actuales.

     López Obrador dijo que el gobierno contará con recursos de alrededor de 80 mil millones de pesos para hacer frente a las eventuales demandas de empresarios e inversionistas y además realizar las obras en Santa Lucía, la cual no requerirá recursos adicionales, aunque sí es un proyecto al que deberían sumársele los costos de cancelar NAIM y también los beneficios de rescatar el AICM, que hubiera quedado inservible de haber continuado con la edificación de la nueva terminal en lo que fue el Lago de Texcoco.

     Así, la decisión del gobierno electo de dar marcha atrás al proyecto llega luego que ayer se informara que la consulta que realizaron durante los últimos cuatro días con ciudadanos de todo el país dio un amplio respaldo a Santa Lucía.

     López Obrador y varios de sus colaboradores, como Jiménez Espriú, se habían mostrado antagónicos con el proyecto de Texcoco porque la consideran una obra demasiado onerosa para el erario y vinculada a actos de corrupción, aunque nunca ofrecieron pruebas concretas de esos actos ilegales ni tampoco ofrecieron un presupuesto concreto sobre lo que implicará edificar una terminal en Santa Lucía, con los costos de la cancelación de la obra en Texcoco que lleva ya entre 20 y 30% de avance.  

     “Antes que nada estamos contentos porque se aplicó un ejercicio democrático y fue la gente la que decidió. Tenemos que seguir creando el hábito democrático”, dijo López Obrador en la conferencia ofrecida en Ciudad de México. “La decisión que tomaron los ciudadanos el día de ayer es racional, democrática y eficaz”.

     Si bien la consulta recibió críticas de diversos sectores por la forma como fue diseñada y ejecutada, el presidente electo confirmó que respetará el resultado, por lo que iniciará los trabajos para cancelar las obras en Texcoco e iniciar las de Santa Lucía.

     El próximo presidente de México dijo que iniciará “en breve” los trabajos para adaptar la base militar de Santa Lucía, en la que construirá dos pistas que complementarán las operaciones del aeropuerto capitalino actual.

     Sobre ese proyecto, López Obrador dijo que recibió una carta del gobierno francés, con la que la administración del presidente de ese país Emmanuelle Macron respaldó un estudio elaborado por la compañía francesa Navblue en el que establece la viabilidad del proyecto de las dos pistas en el aeropuerto de Santa Lucía.

     Por su parte, Jiménez Espriú dijo, en el evento, que el costo total de modernizar el aeropuerto capitalino, más construir las dos pistas en Santa Lucía y ampliar la terminal de Toluca no rebasará los 100 mil millones de pesos.

     López Obrador, quien tomará posesión como primer mandatario el próximo 1 de diciembre, dijo que en tres años empezarán a operar esas dos pistas alternas y tendrá un carril de conexión con el aeropuerto actual, sin ofrecer mayores detalles sobre la forma en que realizará ese vínculo entre las dos terminales aéreas.

     “Vamos a iniciar ya los trabajos para resolver los problemas”, dijo el presidente electo, que tiene 64 años de edad, en la conferencia. “Van a estar construidas las dos pistas que se necesitan en el aeropuerto de Santa Lucía y se va a tener la conexión”.

     El equipo de López Obrador estima que la terminal de Santa Lucía, ubicada cerca a la vía de salida de la Ciudad de México hacia el estado de Hidalgo, recibirá entre 60 y 70 millones de pasajeros cada año.

     Agregó que, además de esas dos terminales, espera concluir en los próximos años el tren que une la capital del país con la ciudad de Toluca, cuyo aeropuerto complementará las operaciones aéreas en la Ciudad de México.

     En ese aeropuerto, el presidente electo no descarta reducir la Tarifa de Uso Aeroportuario (TUA), que pagan todos los pasajeros que usan el actual aeropuerto al comprar un boleto de avión, con la intención de reducir el costo de los boletos de quienes viajen a través de esa terminal y así atraer más operaciones hacia esa terminal.

     Algunos analistas consideran que esta decisión podría seguir presionando al tipo de cambio y a algunas acciones de empresas relacionadas con el sector aeronáutico.

     “En las últimas semanas, una serie de acontecimientos han revivido dudas sobre si las preocupaciones de la dirección futura de la política económica no estaban mal planteadas, después de todo”, escribieron los analistas del banco UBS, en un reporte. “Desde el 15 de octubre, el peso ha bajado 4%, lo que la convierte en la moneda de peor desempeño en el período, mientras que los precios de los bonos a los 30 años de los aeropuertos mexicanos han caído más de 5%”.

     El tipo de cambio finalizó la sesión con una caída de 3.3%, al ubicarse en 20.06 pesos por dólar o su nivel más débil en cuatro meses. La moneda no veía una caída tan profunda desde que Donald J. Trump ganó las elecciones para convertirse en presidente de Estados Unidos el 8 de noviembre de 2016.

     Por su parte, el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores retrocedió 4.2% y cerró en 43 mil 879.1 unidades, o su peor jornada desde el día siguiente al triunfo electoral de Trump.

 




Fecha de publicación: 29/10/2018

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