Uno de los aspectos que sorprendió ayer cuando Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo de México, anunció que al llegar al cargo cancelará la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el municipio de Texcoco fue el aparente visto bueno que recibió del gobierno francés sobre el uso simultáneo de la terminal capitalina actual y de la base aérea de Santa Lucía, en el Estado de México.

     “El sábado me visitó el canciller del gobierno francés y me entregó una carta del presidente de Francia, del presidente Macron. Me dice el presidente Macron en un párrafo: ‘La rapidez con la que hemos respondido a sus solicitudes, en especial en el ámbito aéreo, da muestra de hasta qué punto queremos que la intensificación de la relación franco-mexicana sea prioritaria, relación que, deseo, sea ejemplar y llegue a convertirse en una verdadera alianza’”, dijo López Obrador, que tiene 64 años de edad, en una conferencia celebrada ayer en la capital del país. “Ellos nos entregaron un dictamen para reforzar la viabilidad de la operación de los dos aeropuertos”.

     La forma en que el presidente electo de México explicó el papel que jugó el gobierno francés en el debate sobre el futuro del NAIM creó confusiones entre muchos que vieron un respaldo del gobierno francés al uso de dos aeropuertos simultáneos en el Valle de México.

     Eso, sin embargo, no ocurrió y ayer el gobierno de Francia, a través de una tarjeta informativa, aclaró que ellos no se pronunciaron sobre la viabilidad de esa alternativa para superar la saturación actual del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de Ciudad de México.

     Más bien, explicó la embajada, su papel fue únicamente de interlocutor para que el gobierno de López Obrador pudiera hablar de manera más rápida con Navblue, una empresa de origen francés y que es subsidiaria de la armadora de aviones Airbus, que sí estudió los criterios técnicos de esa posibilidad.

     “Esta empresa [Navblue] fue solicitada directamente por las autoridades de transición para que realizara un estudio técnico”, dijo la embajada, en una declaración a medios.

     La carta que López Obrador recibió de manos del canciller Jean-Yves Le Drian, sí era un mensaje del presidente Macron, pero hablaba de la relación bilateral futura entre ambos gobiernos.

     Javier Jiménez Espriú, el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes en el gobierno de López Obrador, explicó en entrevista de radio que la confusión se originó ‘por entender bien’ las palabras de López Obrador en la conferencia de ayer.

     “Efectivamente nosotros buscamos a esta empresa. . . y tuvimos al principio un problema con el contacto de esta empresa porque nos apresuraba el tiempo y teníamos que tener una atención inmediata. Solicitamos a través de la embajada el contacto directo, cosa que afortunadamente se dio”, dijo el ingeniero, que tiene 81 años de edad, en entrevista con el programa Así las Cosas, de W Radio. “Esta empresa después nos hizo el estudio en tiempo y forma, esa fue la intervención de la embajada. . . [el gobierno francés] no intervino. Ni lo dijo el licenciado López Obrador en ningún momento”.

 

 

 

 

 

 



Fecha de publicación: 30/10/2018

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