Las políticas macroeconómicas en México y el compromiso de tener finanzas sanas, han permitido al país enfrentar con éxito un entorno adverso, sin embargo, eso puede cambiar si es que las siguientes administraciones no se comprometen a mantener políticas responsables, dijeron expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), en su evaluación anual correspondiente al capítulo IV de ese organismo.

     De hecho, los economistas que evaluaron la situación financiera nacional destacaron que la administración de Andrés Manuel López Obrador, el futuro presidente del país, heredará una economía estable y resiliente, donde hay una cantidad de reservas internacionales adecuada para enfrentar choques negativos surgidos desde el exterior,  y en el que el tipo de cambio flexible ha servido para absorber los choques negativos.

     “Las políticas y los sólidos marcos de política han ayudado a México a navegar por un entorno externo complejo, y que la perseverancia con las reformas estructurales es fundamental para impulsar el crecimiento y reducir la pobreza y la desigualdad”, dijo el Fondo, en un comunicado.

    Claro que, al mismo tiempo, el organismo con sede en Washington, D.C., advirtió sobre los riesgos que implica realizar cambios a la política fiscal que erosionen la base impositiva e incluso recomendó estudiar la posibilidad de aumentar los ingresos fiscales mediante una mayor eficiencia en el cobro tributario, con cambios en el Impuesto al Valor Agregado y mediante mantener el impuesto que actualmente se cobra a la compra de combustibles.

     “Los Directores destacaron la necesidad de fortalecer la recaudación de ingresos no petroleros y advirtieron sobre no introducir exenciones fiscales ni tasas reducidas, ya que podrían crear distorsiones y erosionar la base impositiva”, dijo el FMI, en su evaluación. “Consideraron que existe margen para aumentar los ingresos provenientes del impuesto al valor agregado (IVA) así como de impuestos al consumo de combustibles y fortalecer la administración tributaria”.

     El presidente electo de México prometió, desde su campaña, reducir a la mitad el IVA que se cobra en la frontera con Estados Unidos, así como eliminar el cobro de impuestos a la venta de gasolinas y diésel para evitar que los consumidores paguen más por esos hidrocarburos.

     Además, López Obrador se comprometió a mantener un superávit primario de las cuentas públicas, a no elevar el endeudamiento del gobierno y a no subir los impuestos.

     Claro que esas promesas no son bien vistas por todos. Algunos analistas han expresado su preocupación de que el nuevo gobierno pueda enfrentar un deterioro de las finanzas al intentar cumplir su promesa de elevar los gastos en programas de asistencia social en un entorno de recursos presupuestales escasos.

     Los integrantes del equipo económico de López Obrador han dicho que ese mayor gasto social puede ser financiado con un programa de austeridad presupuestal y con un mecanismo centralizado de compras del gobierno que permita combatir con malas prácticas en la adquisición de bienes y servicios del gobierno.

     De ahí que los expertos del Fondo vieron con buenos ojos que esos compromisos de gasto social se busquen mediante una mayor eficiencia en la ejecución del presupuesto y sin descuidar las necesidades de inversión en infraestructura que tiene el país.

     Para el FMI, además, es recomendable que México siga adelante con el programa de reformas estructurales que echó a andar el gobierno de Enrique Peña Nieto, especialmente en el sector energético, donde la inversión de capital privado puede ayudar a sacar adelante proyectos que el gobierno no necesariamente podría fondear tan fácilmente.

     “Los Directores destacaron la necesidad de revigorizar la agenda de reformas estructurales para impulsar el crecimiento y reducir la pobreza y la desigualdad. Instaron a las autoridades a instrumentar plenamente el Sistema Nacional Anticorrupción”, dijo el Fondo, en su evaluación del capítulo IV. “Los Directores solicitaron continuar con la reforma energética y la participación privada en los sectores de petróleo y gas para atraer las inversiones necesarias e impulsar la producción y el crecimiento”.

     También pidieron fortalecer la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), la empresa petrolera estatal, antes de contemplar nuevas inversiones en el negocio de la refinación de combustibles.

     Tras su evaluación, el FMI pronosticó que la economía mexicana crezca a un ritmo de 2.1% en este año y que la inflación cierre en un nivel de 4.4%.

 

 



Fecha de publicación: 08/11/2018

Etiquetas: México FMI finanzas gobierno López Obrador transición impuestos gasolinas Pemex