19 de dic. (Sentido Común) -- Banco de México dejó en claro en las minutas de su última junta de política monetaria de este año que una política fiscal conservadora es la mejor arma para combatir las recientes condiciones de volatilidad que han experimentado los mercados financieros mexicanos y que se han reflejado, principalmente, en la depreciación del peso. 

     Sin embargo, uno de los miembros de la junta de gobierno del banco central dijo que la situación fiscal de México muestra un debilitamiento que es necesario revertir para que el país tenga mayores fortalezcas que le permitan contrarrestar mejor los choques externos.

     Esos choques han llegado a México principalmente por la caída del precio del petróleo que ha restado apetito de algunos inversionistas por activos de países emergentes, principalmente de aquellos cuyas economías dependen del petróleo.

     Si bien la economía mexicana está lejos de esa situación --las exportaciones petroleras representan 10% de las exportaciones totales--, el gobierno sí registra aún gran dependencia de los recursos petroleros, ya que representan más de una tercera parte de todos sus ingresos.

     Eso ha provocado que el desplome del precio del crudo haga, para algunos inversionistas, menos atractivos los bonos del gobierno mexicano. 

     Además, las crecientes expectativas de los agentes económicos de que en unos meses más la Reserva Federal estadounidense subirá sus tasas de interés de referencia por el buen desempeño económico por el que atraviesa ese país, han también generado cierta aversión contra los activos denominados en pesos.

      De ahí que, por esos dos factores, diversos inversionistas han vendido algunos activos en pesos y comprado activos denominados en dólares, provocando, en parte, la depreciación de cerca de 10% que ha experimentado la moneda mexicana en las últimas ocho semanas.

     Para los miembros de la Junta de Banco de México esa volatilidad del peso podría incluso arreciar a medida que las autoridades monetarias estadounidenses decidan dejar a tras su política monetaria acomodaticia para adoptar una política neutra o restrictiva.

     "La mayoría [de los miembros de la Junta] advirtió que no puede descartarse que en el futuro se intensifique la volatilidad en los mercados financieros internacionales", dijo Banco de México en sus últimas minutas.

     Ante este panorama, todos los miembros de la Junta coincidieron en señalar la importancia de contar con una situación fiscal sana, algo que la mayoría considera que el país tiene, pero que se ha deteriorado en los últimos años.

     "El saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público ha pasado de aproximadamente 26 puntos del PIB a alrededor de 42 actualmente, por supuesto incluyendo el incremento de cuatro puntos asociado a la reforma al sistema de pensiones de los trabajadores del Estado, por lo que [uno de los miembros de la Junta] apuntó que es urgente estabilizar su crecimiento", dijo Banco de México en las minutas que revelaron las posturas y discusiones que se dieron en la reunión que tuvieron quienes determinan la política monetaria del banco central a finales del mes pasado.

     "Adicionalmente, [ese miembro] enfatizó que lo anterior cobra mayor relevancia en un contexto en el que los multiplicadores fiscales de México han sido muy reducidos", agregaron las minutas.

     Las minutas reflejan así por primera vez una cierta preocupación al interior del banco central por el manejo que está llevando a cabo el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto de sus finanzas.

     Si bien, la administración actual logró una reforma fiscal que incrementó los ingresos tributarios gubernamentales, los niveles de gasto del gobierno comienzan a encender tenuemente algunos focos amarillos.

     Más porque hacia delante, si el gobierno no lograr frenar su gasto inercial, podría incurrir en mayores déficit, sobre todo si el precio del petróleo no se recupera para 2016.

     Para 2015, los recursos que requerirá el gobierno para llevar a cabo los gastos aprobados por el Congreso están ya garantizados de alguna manera con las opciones de venta del crudo que compró el gobierno y que garantizan la venta del petróleo de exportación del país en 79 dólares el barril.

     Sin embargo, para 2016 el gobierno no cuenta aún con coberturas, las que muy probablemente no ofrecerán un precio tan alto para el crudo mexicano luego de que éste ha cotizado ya por debajo de los 50 dólares el barril, o 44.8 dólares menos del precio del cierre de 2013.

     Los primeros comentarios del banco central en torno a la situación que guardan las finanzas públicas durante una reunión de política monetaria podría significar las primeras diferencias entre las autoridades monetarias y las autoridades fiscales de México en la presente administración.

     Para evitar que esas diferencias se ensanchen, algunos miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México ofrecieron una receta, sobre todo ante los mayores riesgos que podría enfrentar la economía mexicana por el impacto del fin de la política acomodaticia en Estados Unidos:

     "Algunos miembros opinaron que ante la necesidad de fortalecer la confianza, las políticas macro-económicas y de estabilidad financiera deben dar prioridad a la mejora en los fundamentos de la economía, a evitar el surgimiento de vulnerabilidades y a responder de manera rápida a las necesidades que surjan en un entorno cambiante", narraron las minutas de Banco de México que sugirieron algunos de los miembros de la Junta.

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Fecha de publicación: 19/12/2014

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