28 de may. (Dow Jones) -- Los consumidores deben pagar 5 billones de dólares más cada año para cubrir los costos ocultos de salud y ambientales provocados por el uso de combustibles fósiles para generar energía, dijo el Fondo Monetario Internacional, o FMI, en un nuevo informe.

"Estas estimaciones son impactantes", dijo Vitor Gaspar, director de asuntos fiscales del FMI y cuyo departamento elaboró el reporte.

"Corresponden a una de las mayores externalidades negativas estimadas hasta la fecha," agregó  al referirse a los costos que no se toman en cuenta en los precios por los impactos adversos que tienen casi todas las actividades.

El Fondo dijo que los gobiernos deben empezar a capturar ahora esos costos --valuados en aproximadamente 6% del producto interno bruto mundial-- en los precios del combustible para frenar los efectos perjudiciales de su consumo, fomentar una mayor eficiencia energética y evitar el creciente costo para la salud.

En gran parte por el uso desmedido del carbón en China e India, la cifra supera con creces los ahorros logrados durante el último año por las decisiones de múltiples gobiernos en el mundo de reducir los subsidios tradicionales a la energía.

La caída en los precios del petróleo ha dado a los gobiernos de países que van desde India hasta Angola la oportunidad de aumentar los precios de la energía más cerca de sus valores de mercado. Eliminar los subsidios reduce la carga que implica para las finanzas públicas y permite a los gobiernos a canalizar sus ingresos hacia otras necesidades, como los servicios sociales, la asistencia sanitaria o inversiones que estimulen el crecimiento.

Pero el FMI dijo que los costos ambientales de la contaminación por el carbón, el petróleo y el gas natural también deben ser considerados como subsidios porque las economías se ven afectadas por los crecientes costos de la degradación ambiental y de la salud.

Con base en los nuevos datos de la Organización Mundial de la Salud, u OMC, el Fondo estima esos subsidios indirectos, después del pago de  impuestos, en creca de 5.3 billones de dólares este año.

Alrededor de una cuarta parte de esa cifra capta el costo imaginado de mitigar las emisiones de los gases de efecto invernadero. Pero el resto es de los efectos de la contaminación local en la salud, además de incluir los efectos por la congestión vehicular, los accidentes de tráfico y los daños a las carreteras.

"Mientras que la gran magnitud de nuestras nuevas estimaciones puede ser sorprendente, es importante poner en perspectiva los muchos problemas de salud que están relacionados con el consumo de energía y de la mala calidad del aire", dijo Benedict Clements, jefe de una división en el departamento de asuntos fiscales del FMI.

Por ejemplo, OMS estima que se producen más de un millón de muertes prematuras al año debido a la contaminación del aire, provocadas en gran parte por la quema de carbón, dijo.

Los economistas de FMI reconocen que las cifras exactas son discutibles. Sin embargo, sostienen que las proyecciones proporcionan cierto indicio de los costos ocultos del uso de combustibles fósiles que debe provocar el debate entre el público y los políticos.

También aceptan que la eliminación del impacto, vía el aumento en  los impuestos al consumo de la energía, sería muy costosa para el consumidor.

"Desplazar el sistema de precios de la energía hacia uno eficiente, requeriría grandes aumentos en los precios de los combustibles, en particular del carbón con un aumento en el precio promedio global de más de 200%", advirtió FMI.

Dicha medida sería una carga demasiado grande para la mayoría de las economías, por lo que FMI recomienda un aumento gradual de los precios.

Aunque los altos precios de la energía en general gravan las perspectivas de crecimiento de una economía, el Fondo dijo que los gobiernos pueden usar el aumento de los ingresos para fomentar la expansión económica, por ejemplo, mediante la reducción de impuestos laborales, la inversión en infraestructura y el gasto en educación. Esto también podría incentivar el consumo de energías alternativas con bajas emisiones.

"Los beneficios fiscales de los cambios. . . son de un tamaño considerable y podrían ser un elemento de cambio para la política fiscal en muchos países", dijo Clements.

"Los recursos liberados por la reforma. . .podrían utilizarse para satisfacer las necesidades críticas de gasto público o reducir los impuestos que están asfixiando el crecimiento económico", agregó.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Eduardo García

 

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Fecha de publicación: 28/05/2015