9 de feb. (Sentido Común) -- El futuro de las operaciones de las empresas de autopartes en México sigue en el aire ante el empeño manifiesto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para grabar las importaciones que entren a su país.

     Ante tales circunstancias que no son del todo claras y no lo serán en tanto el gobierno de Estados Unidos no defina sus planes, algo que no sucederá sin antes enfrentar la resistencia de la industria, de sus contrapesos políticos y de gobiernos extranjeros, a las compañías no les queda de otra que armar sus estrategias con la información que tengan a la mano.

     Algunas automotrices, autoparteras y gobiernos han pretendido tender lazos de diálogo y hasta intentado halagar a la Casa Blanca con anuncios de inversión dentro de Estados Unidos o con promesas de incrementar empleos o al menos no quitarlos, otros han tomado medidas concretas con base en la estrategia que quieren

     Faurecia, un productor francés de autopartes con presencia internacional, dijo que mantendrá sus operaciones en México y que prevé un impacto limitado en sus finanzas, a pesar del alcance de las medidas que finalmente tome el gobierno que encabeza Trump en contra de las importaciones mexicanas.

   “La capacidad instalada no se puede mover de México. Las exportaciones de México a Estados Unidos se mantendrán”, dijo Patrick Koller, director general de Faurecia, que produce sistemas interiores, asientos y tecnología para la reducción de emisiones contaminantes, durante una presentación ante inversionistas.

    Por otro lado, el conglomerado industrial Nisshinbo Holdings descartó la posibilidad de seleccionar a México como la sede de su nuevo centro de producción de frenos automotrices debido a las presiones del gobierno estadounidense.

     "Con respecto a México, estamos de vuelta en la mesa de trabajo", dijo el gerente general ejecutivo Takayoshi Okugawa, reportó la agencia de noticias Nikkei. "Ahora creemos que tenemos que elegir otro lugar”y Estados Unidos es la alternativa más probable, agregó el ejecutivo.

     La inversión prevista en la planta ronda los 89 millones de dólares, reportó la agencia de noticias AP. Como parte de su negocio de autopartes Nisshinbo produce frenos e instrumentos de precisión, aunque el conglomerado también tiene presencia en los sectores de químicos, papel, electrónicos, e inmobiliarios.

    Las declaraciones del ejecutivo japonés se dan en el marco de la visita a Estados Unidos del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, para discutir a partir de mañana temas como el comercio y el tipo de cambio. El gobierno nipón tiene el objetivo de estrechar lazos con un presidente que ha acusado a su país de devaluar artificialmente su moneda.

      Una tercera vía adoptada por los productores de autopartes es observar y esperar para tomar una decisión sobre México.

      ThyssenKrupp, el conglomerado industrial alemán que entre sus varias líneas de negocios se encuentra la producción de materiales, componentes y la provisión de servicios de ingeniería a la industria automotriz, decidió tomarse su tiempo antes de concretar sus planes de construcción de dos plantas en México.

      “La duda está puesta en nuestras dos plantas que hemos previsto en México. Estamos observando cuidadosamente cómo será la administración de Trump, no daremos más detalles hasta entender qué significaría para nosotros”, dijo Heinrich Hiesinger, director general de la compañía alemana en una conferencia con inversionistas.

      En junio, Thyssen anunció la expansión de su nuevo centro de producción de componentes en San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato, por 160 millones de dólares y dio a conocer sus planes para construir una nueva planta de sistemas de encendido en el país. En ese momento, la empresa teutona apostaba a duplicar su presencia en México.

      Trump ha criticado a varias empresas del sector al respecto por su expansión fuera de las fronteras estadounidenses, en especial a México, y amenazado con la aplicación de un impuesto de hasta 35% sobre los productos que intenten ingresar hacia Estados Unidos.

      Si bien no es claro que Trump pueda imponer tal castigo, la sola amenaza ha tenido efecto en automotrices como General Motors, Toyota, Ford Motor Company y Hyundai Group, que han anunciado inversiones millonarias en Estados Unidos para mitigar las supuestas represalias que ha advertido el futuro presidente estadounidense, que enarbola la bandera de poner en primer lugar los intereses de Estados Unidos.

         “Estas medidas generarían un aumento significativo en los precios de los coches, traería un impacto negativo en las ventas de Norteamérica y eso no es bueno para Norteamérica”, señaló Koller de Faurecia.

       El punto de divergencia entre los productores de autopartes está relacionado con el hecho de mantener las inversiones ya establecidas en México y planear las  inyecciones de recursos ante un futuro incierto.

     “Cuando piensas en una planta automotriz, no la vas a transferir, te costaría una gran fortuna. Podrías decidir no poner más inversiones, pero no mover las que ya tienes”, dijo Koller, al respecto de las inversiones de sus clientes en México como la de la automotriz alemana Audi, que recientemente abrió una planta en el estado de Puebla, cuya inversión rebasó mil millones de dólares.

 

 


Fecha de publicación: 09/02/2017

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