22 de jun. (Sentido Común) -- La junta de gobierno del Banco de México cumplió con la expectativa de la mayoría de los economistas y, en una decisión dividida, optó por extender el ciclo de alzas de tasas de interés para contener el avance reciente de la inflación y garantizar que ésta regrese a su rango objetivo de entre 2 y 4% en los próximos meses.

     El Instituto Central acordó un incremento de un cuarto de punto porcentual a la tasa de referencia, que pasó de 6.75 a 7%, a fin de mantener también ancladas las expectativas inflacionarias de mediano plazo y, a la par, preservar el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos.

     El aumento de tasas anunciado hoy era ampliamente esperado por los analistas, quienes casi de manera unánime anticipaban un incremento de 0.25 puntos porcentuales, en respuesta al movimiento idéntico que decretó la semana pasada la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos. El alza se dio en respuesta también a que la inflación siguió acelerándose durante la primera quincena de junio.

     El incremento es el décimo que realiza el banco central mexicano desde que inició su ciclo restrictivo de política monetaria en diciembre de 2015, cuando la tasa de referencia pasó de 3%, nivel en el que permaneció desde mediados de 2014, a 3.25%.

     El incremento que decretó hoy la junta fue además el séptimo seguido.

     Así, el Instituto Central llevó su tasa de referencia a un nivel que no registraba desde marzo de 2009, cuando la recortó 7.5 a 6.75% como parte del ciclo expansivo que estaba realizando entonces para lidiar con la crisis financiera mundial de 2007 y 2008 y que provocó una recesión económica.

     La decisión de subir la tasa de referencia no fue, sin embargo, en esta ocasión unánime. Un miembro de la junta votó por mantener sin cambios esa tasa.

     El voto de ese miembro de la junta refleja, de cierta manera, cómo al interior del banco central está ganando cada vez más la percepción de que las perspectivas inflacionarias no sólo ya no se están deteriorando, sino que incluso están ya mejorando.

     "No se aprecian presiones significativas sobre los precios provenientes de la demanda agregada", dijo el banco central en su comunicado.

     Ante este cambio de las condiciones, Banco de México ahora considera que los riesgos inflacionarios son neutrales y no negativos, como lo pensó al término de su reunión anterior.

     “Dada la actual postura de política monetaria, se considera que el balance de riesgos para la inflación es neutral”, agregó Banco de México en su comunicado. “Desde la última decisión de política monetaria, las condiciones en los mercados financieros nacionales continuaron mejorando”.

     El lenguaje de Banxico, como también se conoce al órgano central, deja la puerta abierta para que en breve dé por terminado el ciclo restrictivo de su política monetaria y deje así ya de subir su tasa de referencia.

     De ahí que para muchos a partir de ahora los factores que más influirán en las decisiones de política monetaria que tomen las autoridades del banco central serán: las posturas que tome la Fed, en cuanto a las tasas en Estados Unidos, y la eventual reducción de su hoja de balance, así como el futuro de la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN, que podría apoyar o lastimar a la moneda mexicana y con ella a la inflación.

     “Se prevé que la inflación general anual alcance su nivel máximo en los próximos meses para después retomar una trayectoria descendente”, agregó el Instituto Central. “La junta estará vigilante para asegurar que se mantenga una postura monetaria prudente”.

     A pesar que la decisión era sobradamente esperada por el mercado, el tipo de cambio tuvo un desempeño favorable y avanzó hasta ubicarse en 18.03 pesos por dólar, o un incremento de 1.4% con respecto al cierre de la jornada previa.

     Cierto que el alza de tasas no sorprendió al mercado, pero para algunos el tono de Banxico sí fue novedoso por las señales que envió sobre un posible pico a su tasa de referencia y por el optimismo acerca de que los precios en México empezarán a mostrar menores presiones.

     “Sorpresivamente, el comunicado de prensa mostró un tono suave o dovish”, escribió Luis Adrián Muñiz, economista de Vector Casa de Bolsa, en un reporte sobre la decisión de Banxico. ‘Dovish’ es el término que se usa en la jerga económica para definir una postura menos preocupada por la inflación y por tanto más a favor de tasas de interés bajas.

      “Consideramos que lo realmente importante de la decisión del banco, no solo fue el ajuste al alza, sino el mensaje que envió en cuanto a que el nivel actual de la tasa de referencia ya es congruente con la convergencia de la inflación a 3% (su objetivo)”, agregó el economista de Vector en su reporte.

     Para Muñiz, el banco central envió un mensaje acerca que el ciclo de alzas de tasas está próximo a terminar y, de hecho, muchos anticipan que éste fue el último incremento a las tasas mexicanas en este año.

     Sin embargo, el banco central se podría ver presionado a ajustar de nuevo su política monetaria a lo largo del segundo semestre de este año en caso que la Fed anuncie un aumento en Estados Unidos.

     No obstante, “consideramos que para lograr el efecto deseado de la política monetaria emprendida a lo largo de este 2017, la tasas de interés de referencia tendrían que permanecer si cambios durante algunos meses”, agregó Muñiz.

 

*Con información de Fernando Rodríguez

    

 

 


Fecha de publicación: 22/06/2017

Etiquetas: Banxico tasas inflación México política monetaria