5 de jun. (Sentido Común) -- México dio a conocer de forma detallada los aranceles que aplicará a productos de Estados Unidos a manera de represalia por la decisión del gobierno que encabeza el presidente de ese país, Donald J. Trump, de incluirlo dentro del grupo de países a los que impuso, a partir de este mes, tarifas a la importación de acero y aluminio bajo el argumento de que esas compras representaban un riesgo a la "seguridad nacional".

     Las tarifas que México decidió imponer a una variedad de productos estadounidenses implicarán un sobreprecio de esos bienes de 5 a 25%, dependiendo del producto y de acuerdo con lo publicado por la Secretaría de Economía, la dependencia responsable de los asuntos comerciales del país, en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

     “México tiene derecho a imponer medidas que tengan efectos comerciales sustancialmente equivalentes a los de las medidas adoptadas por Estados Unidos”, dijo Economía en la resolución publicada en ese documento oficial.

     Si bien México ya había anunciado en términos generales los bienes a los que impondría aranceles para compensar la acción estadounidense, como fue la mención de los siguientes artículos: aceros planos, piernas y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, y arándanos, la lista final incorporó otros artículos no mencionados originalmente, como diversos quesos, whiskey Bourbon o Tennessee, papas, y algunos tipos de barcos de motor.

     Así, los aranceles compensatorios que hoy reveló el gobierno de México impactarán a productos que hasta ahora habían tenido una buena recepción en el mercado mexicano, como ha ocurrido con el whiskey Jack Daniel’s de Brown-Forman o el queso parmesano rallado Kraft de la compañía KraftHeinz.

     No es claro como recibirán los consumidores un aumento de precio de esos bienes que podría ser de entre 20 o 25%, a menos que los productores de los bienes opten por absorber parte del arancel que decidió imponerle el gobierno mexicano por la decisión unilateral de Estados Unidos de castigar el acero y aluminio mexicano con tarifas de 25 y 10%, respectivamente.

     En general, las medidas del gobierno mexicano están enfocadas principalmente a afectar los sectores agrícola y siderúrgico estadounidense, aunque para el país podrían tener un impacto moderado, ya que los artículos castigados representan aproximadamente 5% del total de las importaciones de productos estadounidenses al país.

     Pero de cualquier manera, la decisión mexicana de castigar productos estadounidenses busca mandar la señal al gobierno estadounidense de que no puede de manera unilateral desconocer las reglas que las dos naciones han fijado en materia de comercio internacional y que están plasmadas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). 

     Con los aranceles, el gobierno mexicano además advierte a Estados Unidos del impacto que el país puede ocasionar a sus productores en caso de que el presidente Trump también cumpla con la amenaza de imponer aranceles a los vehículos importados bajo el pretexto, hasta cierto punto inverosímil, de que esos autos podrían incrementar los riesgos de la seguridad interna de la nación más poderosa del mundo.

     Claro que la selección de los artículos estadounidenses que a partir de ahora confrontarán aranceles por parte del gobierno de México no fue casual. Los bienes sancionados son producidos, en la mayoría de los casos, en estados cuya base votante es predominantemente afín a Trump y al Partido Republicano, por lo que esos electores al ver caer su actividad económica por no poder exportar el volumen que venían exportando a México por el mayor precio de sus bienes, podría votar en contra de miembros de ese partido que es el partido de Trump.

     La relevancia de esto es importante por la cercanía del proceso electoral que vivirá Estados Unidos a inicios de noviembre para renovar buena parte de la Cámara de Representantes y del Senado. El presidente estadounidense podría así perder control de al menos uno de esos dos recintos legislativos y que hoy su partido controla.

     “No es una coincidencia que muchas de las mercancías seleccionadas [por México para tener que pagar aranceles] se producen en áreas rurales de los Estados Unidos donde está concentrado el apoyo al presidente Donald J. Trump", escribió John Ashbourne, economista senior para mercados emergentes de Capital Economics, en un análisis sobre la forma como el gobierno mexicano decidió reaccionar a las medidas proteccionistas del gobierno estadounidense.

     Tennessee, donde se produce el whiskey, y Wisconsin, un importante productor de lácteos, fueron dos de los estados que impulsaron la llegada de Trump a la presidencia. En esas dos entidades, el empresario convertido en político ganó; lo mismo sucedió en Iowa, un importante productor de puerco; Idaho, de papas; y Pennsylvania, de aluminio.

     En el caso del estado de Washington, el principal exportador de manzanas de ese país, la contrincante demócrata de Trump, Hillary Clinton resultó ganadora. Sin embargo, las preferencias electorales de los mayores condados productores de este fruto, Chelan y Douglas, fueron a favor del hoy presidente, con 54.6 y 62.2% de los votos, algo que ahora ante las tarifas mexicanas y las menores ventas que sufrirán esos condados a México, podría revertirse.

     México fundamentó la medida en el incumplimiento de Estados Unidos de notificar, consultar y ofrecer opciones de compensación a sus contrapartes afectadas con base en la reglamentación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y del TLCAN, que ese país comparte con sus vecinos al sur y al norte.

     En ese sentido, al igual que otros países, México anunció ayer que acudirá ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), el organismo responsable de dictar las reglas que regulan el comercio entre países, con la intención de impugnar los aranceles que impuso Estados Unidos a las compras de acero y aluminio mexicano.

     La respuesta de México, llega después de que el país había mantenido prudencia al respecto de la actitud comercial de Estados Unidos, por estar en medio de un proceso de negociación para reescribir y modernizar el TLCAN.

     México pudo haber emprendido antes medidas como imponer la compensación económica de 163 millones de dólares en el caso del atún tras el fallo de un panel de la OMC a su favor, o establecido una respuesta equivalente luego de que Estados Unidos impuso una salvaguarda a máquinas de lavado y paneles solares del país, de acuerdo con Luz María de la Mora, directora de LMM Consulting, una consultoría de negocios en materia internacional.

     “La respuesta era esencial, México no podía quedarse sin decir nada. En esta ocasión es una cuestión estratégica”, dijo De la Mora. “México tiene que utilizar el derecho internacional para proteger su interés nacional ante una medida abusiva. Tiene la autoridad moral, el derecho y la posibilidad de hacer valer las normas. . . tanto en el mecanismo regional que es el TLCAN como el multilateral, que es la Organización Mundial del Comercio”.

     Para consultar la lista de bienes estadounidenses a los que México decidió imponer aranceles, de clic aquí.

 

 

 


Fecha de publicación: 05/06/2018

Etiquetas: México EUA aranceles TLCAN comercio internacional