Banco de México, como esperaban la mayoría de los analistas, mantuvo sin cambios su tasa de referencia en 3% al argumentar que a ese nivel su postura monetaria era  congruente con su expectativa de que la inflación convergerá este año hacia su meta anual de 3%.

     Claro que eso no implica que el banco central mexicano relajará sus esfuerzos por asegurar que la inflación descienda a ese nivel. Por el contrario, Banco de México dijo que mantendrá particular atención a tres posibles determinantes de la evolución que tenga la inflación anual este año a fin de que las expectativas de los agentes económicos de mediano y largo plazo queden ancladas en un nivel cercano a 3%.

     Esas tres variables relevantes son: la postura monetaria relativa entre México y Estados Unidos; el desempeño del tipo de cambio y su posible efecto sobre la inflación; y la evolución que tenga el grado de holgura de la economía a lo largo del año ante una recuperación.

     Respecto a la política monetaria de Estados Unidos, el banco central dijo que estará vigilante de la evolución de la inflación y la actividad económica de ese país para poder prever el momento específico en que la Reserva Federal dé inicio al proceso de normalización monetaria, sobre todo por el impacto que tendrá esa decisión en diversas variables financieras de México, como serán las tasas de interés y el tipo de cambio.

     En cuanto al tipo de cambio, Banco de México dijo que seguirá muy de cerca la evolución que tenga la moneda mexicana frente al dólar por la posible depreciación que sufra el peso al momento que la Reserva Federal suba sus tasas de referencia.

     Banco de México incluso espera por ahora que el peso se mantenga depreciado frente al dólar, como lo ha estado a lo largo de los últimos meses ante la mayor volatilidad que ha existido en los mercados financieros por las especulaciones en torno a cuándo la Reserva Federal subirá sus tasas ante una mayor actividad económica en esa nación.

     El banco central también destacó el potencial impacto en la inflación de una mayor depreciación del peso frente al dólar por un posible pass through de la debilidad del peso a los precios de aquellos bienes que utilizan materias primas o componentes importados.

     Eso, dijo Banco de México, es un riesgo a la alza para la inflación. De ahí, que el instituto central caracterizara la situación actual inflacionaria como vulnerable a mayores riesgos.

     Por lo que respecta a la holgura que presenta la economía mexicana, el banco central dijo que la recuperación ha sido moderada e impulsada por la demanda externa.

     Esto hace concluir a la institución monetaria que el nivel de holgura pudiera mantenerse en los próximos trimestres, por lo que no se espera que la demanda agregada genere presiones inflacionarias en el mediano plazo.

     Banco de México destacó, por lo tanto, el cambio de postura monetaria en Estados Unidos como el riesgo más latente para la evolución de la inflación mexicana.

 



Fecha de publicación: 29/01/2015

Etiquetas: Banco de México política monetaria tipo de cambio inflación