Robert S. Mueller III, el exdirector del Federal Bureau of Investigation (FBI), fue designado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos como fiscal especial para investigar la posible influencia del gobierno de Rusia en las elecciones presidenciales de este año y “asuntos relacionados”.

El nombramiento de Mueller se produce en un momento en el que el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, se encuentra inmerso en una polémica por su posible relación, durante su campaña electoral del año pasado, con el gobierno ruso para alterar el resultado de los comicios, que terminó finalmente ganando.

“Considerando las circunstancias particulares de este asunto. . . he determinado que un fiscal especial es necesario para que el público estadounidense tenga plena confianza en el resultado de esta investigación”, dijo Rod J. Rosenstein, el subprocurador general de Estados Unidos, en un comunicado. “Nuestra nación está fundada en el respeto a la ley y el público debe tener seguridad de que los funcionarios gubernamentales administramos justamente la ley”.

Hasta ahora, algunos asesores de Trump han sido ya señalados por haber tenido nexos con funcionarios del gobierno ruso, como fue el caso de su ex asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, quien tuvo que renunciar al cargo luego que aceptara haberse reunido con el embajador de Rusia en Estados Unidos cuando aún no era funcionario público, algo que está prohibido por la ley estadounidense.

Apenas ayer, periódicos como The Wall Street Journal, The New York Times y The Washington Post, reportaron que Trump sugirió a James Comey, el exdirector del FBI, dejar de investigar a Flynn, poco después de que renunció a su cargo.

Esto ha generado una crisis política en Estados Unidos y serias dudas sobre si Trump no está buscando bloquear u obstruir la investigación por la posible conexión de él y su equipo de campaña con el gobierno ruso.

Esas percepciones iniciaron cuando Trump decidió despedir al propio Comey como director del FBI la semana pasada. A partir de entonces, muchos especialistas consideran que Trump está buscando obstaculizar la investigación sobre sus nexos y los de su equipo cercano con Rusia.

De ahí la necesidad de Rosentein de nombrar a un fiscal especial.

“El fiscal especial contará con los recursos para conducir una investigación plena y completa y yo estoy confiado que el seguirá los hechos, aplicará la ley y alcanzará un resultado justo”, dijo Rosenstein en el comunicado.

El Departamento de Justicia aclaró en su comunicado que el nombramiento de Mueller no representa el hallazgo de algún delito ni tampoco la imputación de cargos a ningún funcionario o exfuncionario del gobierno de Trump.

“Mi decisión no representa que se haya cometido algún delito o que se requiera iniciar un proceso judicial”, agregó Rosenstein. “No he llegado a esa determinación, pero lo que si he determinado es que con base en las circunstancias particulares, el interés del público requiere que coloque esta investigación en las manos de una persona que ejerza cierto grado de independencia de la cadena de mando normal”.

     Mueller fue nombrado director del FBI en 2001 tras los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas de Nueva York. Cuando concluyó su periodo de 10 años al frente del organismo, el expresidente Barack Obama le pidió continuar en el cargo hasta el final de su primer periodo en 2013, año en el que nombró a Comey.   

     Hasta ahora, Mueller formaba parte de bufete de abogados WilmerHale, del cual renunciará para asumir su nueva encomienda como fiscal especial.



Fecha de publicación: 17/05/2017

Etiquetas: EUA fiscal especial Rusia comicios Trump FBI Robert S. Mueller III